La otorrinolaringología es la especialidad que abarca las enfermedades de la nariz, la garganta y el oído. Se ocupa de las funciones propias de la respiración, olfato, gusto, habla y de las estructuras faciales y cervicales que participan en ellas. Las funciones detalladas con anterioridad, repercuten en las actividades diarias y sociales de las personas.
Razones por las que debe acudir con el otorrinolaringólogo
Niños
- Chequeo de oído al nacer: se realizan estudios en el recién nacido para detectar posibles problemas de oído, que se presente de forma tardía o progresiva que lleve a la perdida de la audición.
- Taponamiento de oído: por acumulación de cera, cambios de presión en el aire o por la presencia de otitis, los niños pueden presentar molestias.
- Congestión nasal: común en los niños como un indicador del resfriado común. Sin embargo, puede ser por la presencia de un cuerpo extraño en una fosa nasal, hasta otras enfermedades
- Ronquidos: Las adenoides hipertróficas producen al niño dificultad para respirar normalmente, obligándole a hacerlo por la boca y generando además de ronquidos, boca seca, labios resecos y apnea obstructiva del sueño.
- Amigdalitis: Cuando el niño presenta dolor de garganta con dificultad para tragar; suele manifestar también inapetencia, dolor de cabeza y fiebre.
Adultos
- Obstrucción nasal: Como ocurre en los niños, es un padecimiento que junto a la secreción nasal puede asociarse a un proceso viral o reacciones alérgicas.
- Pérdida de audición: los mayores de 65 y 75 años pueden perder progresivamente la audición por la edad; sin embargo, se puede dar por otros factores como la exposición a ruidos fuertes, infecciones de oído o taponamiento por acumulación de cerumen.
- Vértigo: El oído interno es el principal controlador de esta función.
- Disfonías: Los cambios en las cuerdas vocales producto de una laringitis, faringitis o alguna infección respiratoria pueden afectar su voz.
Síntomas que requieren ser tratados con urgencia
En la brevedad posible debe acudir con un especialista si presenta los siguientes síntomas:
- El dolor de oído no mejora con el tratamiento indicado.
- Pérdida progresiva o repentina de la audición.
- Sospecha de un cuerpo extraño en el oído, nariz o garganta.
- Sangrado de nariz constante.
- Sensación de bulto en el cuello.