El dolor abdominal es un síntoma común que puede tener diversas causas. Aunque en muchos casos no es grave, hay situaciones en las que este dolor puede indicar problemas serios de salud que requieren atención médica inmediata.

Causas frecuentes del dolor abdominal
Existen muchas razones por las que podrías experimentar dolor abdominal. Estas son algunas de las más comunes:
- Indigestión: Suele presentarse después de comer en exceso o consumir alimentos irritantes.
- Gases acumulados: Generan una sensación de hinchazón y malestar en el área abdominal.
- Infecciones estomacales: Pueden incluir vómitos, diarrea y fiebre.
Si bien estos casos suelen resolverse por sí solos, es importante conocer cuándo el dolor puede ser señal de algo más grave.

¿Cuándo es una emergencia?
Debes buscar atención médica si el dolor abdominal viene acompañado de alguno de los siguientes síntomas:
- Fiebre alta.
- Vómitos persistentes o con sangre.
- Pérdida de peso inexplicada.
- Dolor severo que no mejora con el tiempo.
- Cambios repentinos en los hábitos intestinales, como diarrea crónica o estreñimiento prolongado.
Estos síntomas pueden indicar condiciones serias como apendicitis, úlceras gástricas, cálculos biliares o enfermedades inflamatorias intestinales.
¿Cómo se diagnostica el dolor abdominal?
El médico evaluará tu historial médico y realizará un examen físico. Dependiendo de los síntomas, podrían solicitarse pruebas adicionales, como:
- Análisis de sangre y orina: Para identificar infecciones o inflamaciones.
- Ecografías o tomografías: Para detectar problemas en órganos internos.
- Endoscopias: Si se sospechan problemas en el tracto digestivo superior.

Prevención del dolor abdominal
Aunque no siempre es posible evitarlo, estos hábitos pueden ayudarte a reducir el riesgo:
- Mantén una dieta equilibrada y evita alimentos muy grasos o picantes.
- Bebe suficiente agua para mantener una digestión saludable.
- Realiza chequeos médicos regulares para detectar problemas a tiempo.
Conclusión
El dolor abdominal no siempre es motivo de preocupación, pero es importante estar atento a los signos de alarma. Escuchar a tu cuerpo y buscar atención médica cuando sea necesario puede marcar la diferencia entre tratar un problema leve o evitar una complicación grave.

Recuerda: La prevención y el diagnóstico temprano son clave para cuidar tu salud digestiva.