Las vacunas son como nuestro cinturón de seguridad en el día a día. Afortunadamente es poco frecuente tener un accidente tráfico, pero si sucede, mejor llevar el cinturón bien abrochado. Ahí puede estar la diferencia entre morir y/o quedarnos con secuelas graves, vs vivir libre de discapacidades. ¡Las vacunas son nuestro cinturón de seguridad
Las vacunas como cualquier medicamento, a veces pueden tener efectos secundarios. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, estas reacciones son insignificantes.
Saber qué es común y qué no, ayudará a que estés tranquilo en la próxima vacuna de tu pequeño.

REACCIONES NORMALES A LAS VACUNAS
Las vacunas tienen como finalidad crear inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Es decir, generar defensas contra enfermedades potencialmente muy graves y, además, para toda la vida.
Las vacunas generalmente se elaboran utilizando partes debilitadas de los gérmenes responsables de las enfermedades, pero no causan la enfermedad en sí.

Los efectos secundarios más frecuentes son leves y nos vienen a decir que la vacuna ya está funcionando. Estos síntomas son una señal de que el cuerpo de tu hijo está produciendo nuevos anticuerpos. Normalmente, estas reacciones desaparecen por sí solas en unos pocos días.
LOS EFECTOS MÁS COMUNES SON:
- Sensibilidad o enrojecimiento donde se ha puesto la inyección
- Inflamación leve en la zona de la vacuna
- Irritabilidad
- Fiebre
- Dificultad para dormir
LAS REACCIONES MENOS COMUNES INCLUYEN:
- Vómitos
- Somnolencia
- Pérdida de apetito
¿CUÁNDO DEBO LLAMAR AL PEDIATRA?
Si tu hijo fuera alérgico a determinados componentes de las vacunas, notarás signos de que algo va mal. Por lo general, estas reacciones ocurren rápidamente, normalmente en la primera media hora tras la administración, por eso siempre se recomienda administrar las vacunas en un centro sanitario, incluso las vacunas orales, y permanecer en dicho centro durante este tiempo antes de irse a casa.
