Lavado de oído: ¿Todo lo que debes saber?. El lavado de oídos es un procedimiento que permite remover el exceso de cera, pero que también puede ser usado para retirar cualquier tipo de suciedad que se haya acumulado en el canal auditivo a lo largo del tiempo.
¿Qué enfermedades podría desarrollar si intento limpiar mis oídos por mi cuenta?
Solo debe realizarla un otorrinolaringólogo. Si tú deseas efectuarla, haciendo uso de hisopos, podrías ocasionar que una mayor cantidad de cera se acumule en el fondo del conducto auditivo. Esto provocaría una serie de infecciones, como la otitis. En el peor de los casos, también podría provocar una ruptura del tímpano.
Los síntomas que un paciente con otitis puede llegar a sentir se manifiestan dependiendo del grado de la infección, estos pueden ser:
- Secreciones similares al agua.
- Secreciones verdosas, casi similares al moco.
- Secreciones que posean pus y sean malolientes.
También puede producir dolor de cabeza, fiebre, vértigo y, raramente, parálisis facial. Es de suma importancia que no realices cualquier tipo de actividad que atente contra tu sistema auditivo, incluso si crees que estás haciendo algo en beneficio propio.
¿Con qué frecuencia debo someterme a un lavado de oídos?
La frecuencia con la que debes someterte a un lavado de oídos depende únicamente de la regularidad con la que limpias tus orejas y del hecho de no introducir elementos como hisopos a tu cavidad auditiva. En caso de presentar molestias constantes, lo más recomendable es visitar a un especialista.
De igual manera, en caso sufras de tapones de oído frecuentes, es necesario que te sometas a un lavado de oídos, al menos, una vez al año.
Recuerda que no toda la cera presente en el oído es mala. A menudo, esta es formada por células epiteliales muertas y sustancias oleosas, las cuales protegen al oído de bacterias, gérmenes y cualquier otro microorganismo.